viernes, 28 de octubre de 2011

Mi ultima semana en Alemania

Mi 3 semanas en Sajonia habían culminado, y yo me dirigía rumbo a la capital del país, Berlin. En Berlin, me encontraría con mi suegros que muy ansiosos deseaban conocerme y debo decir que nunca espere un recibimiento como el que ellos me dieron, nadie había deseado verme tanto en la vida como ellos dos. En fin, pasamos una hermosa tarde en Berlin los 4, pero a diferencia de muchos visitantes, debo decir que Berlin no me impacto tanto como Sajonia lo hizo. Berlin es una ciudad llena de turistas de todas partes del mundo, pude ver Latino Americanos, Ingleses, Españoles, Mexicanos...etc. En Berlin según Danny, hay "vagabundos" como lo diríamos aquí, pero ellos se vestían mejor que yo. Son gente honrada que busca ganarse un sustento y lo que hacen es cantar en sitios específicos que el gobierno les asigna. En Sajonia ví lo mismo, pero no tanto como en Berlin.  Nunca verás a alguien vendiendo dulces en las calles o minutos como aquí, tampoco veras en los buses o tranvías gente cantando o inventando historias falsas, donde te dicen que acabas de salir de la carcel y tienes una herida abierta en el estomago que curar, esto tendría una multa severa y a cambio te tildarían de loco y te arrestarían de paso.

Puerta de Brandenburgo
Torre de televisión de Berlin (Fernsehturm)


En Berlin, solo estuve una tarde. Después tomamos un tren que nos llevaría hasta Parchim, la villa donde nació  Danny y en donde viven actualmente mis suegros. Es simplemente un paraíso, pues solo encontrarás naturaleza que a decir verdad aprendí a querer aún más desde mi llegada a Alemania. Es una villa bastante pequeña, si hubiera tenido la oportunidad que quedarme más tiempo, la hubiera conocido toda. Allí todo el mundo se conoce y por lo general se saludan bastante, lo cual comprueba que ese "mito" de que los Alemanes son secos y no hablan con nadie, es falso. Compartí mucho tiempo con ellos y dedique el resto del tiempo a relajarme un poco más. Aprendí cosas nuevas, como colectar champiñones en los bosques, lo cual es algo peligroso si no tienes cuidado. Una particularidad de estos bosques que no olvidaré, son los árboles, pues estos son demasiado altos y hermosos. Los lagos son bastante limpios y es posible bañarse en ellos. 
También decidimos viajar a Hamburgo, una ciudad muy hermosa donde me divertí mucho. Existe un especie de castillo del terror, llamado Hamburg Dungeon donde fui sentenciada a muerte por un horripilante hombre con una voz monstruosa. De nuevo él me eligió delante de mucha gente y me hablaba en Alemán , pero yo simplemente le dije en Ingles que era Colombiana y que no entendía absolutamente nada. El comenzó a hablarme en Ingles y me dijo cosas asquerosas y me lanzó una especie de ácido o algo por el estilo y todos querían verme muerta. Fue una experiencia bastante fuera de lo normal, lo cual me gustó mucho :). 



Parchim




Mis suegros
Mi suegra y yo colectando champiñones

Árboles inmensos

Rathaus Hamburgo
Hamburg Dungeon






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